martes, 2 de octubre de 2007

No creo.

Y estoy aquí, no sé donde voy, pero no eso no es algo que me detenga, ya que si algo me pasara sería por algo, porque todo pasa por algo, y las casualidades no existen, o al menos yo no creo en ellas, como tampoco creo en el destino y la suerte.
El destino, tú destino, lo creas tú mismo, y los demás, que estan en segundo plano, sólo pueden influir en él. En verdad me corrijo diciendo que sí creo en el destino, pero no creo en que nuestro destino ya esté escrito.
Y la suerte, que tiene algo que ver con las casualidades, es algo que la gente ha inventado, según lo que creo.
Digo que tiene que ver con las casualidades porque aquí nadie tiene más o menos suerte que el otro, y si algo malo le pasa a alguien, es por algo, y al final siempre será para mejor, porque son esas malas situaciones de las que aprendes y maduras (mirándolo desde el punto más optimista).
Y también digo que la suerte es algo que la gente a inventado por esas ridículas supersticiones. Como los espejos rotos, o votar sal, pasar bajo una escalera, o un paragüas abierto bajo techo, pisar las grietas de las calles, que un gato negro pase delante tuyo y quizás cuantas otras ridículas supersticiones producto del oscio de la gente y de su ingenuidad existen hoy.
Y es que así es el mundo, así somos todos, independiente de que creamos en esto o no, todos somo unos ridículos e ingenuos. Algunos cobardes también, al no atreverse a hacer lo que, según algunos, te traerá mala suerte.


Mari :)

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